Una planta con flores comestibles

La alegría del hogar es una planta con tallos carnosos y unas hojas de color verde intenso.

Una variedad, que con los cuidados adecuados produce flores comestibles durante prácticamente todo el año.

Se atribuye su nombre inicial, al Sultán de Zanzíbar (Tanzania)  que la llamó Sultana de Impatiens, a esta planta de la familia de las balsaminaceae.

Su nombre científico es Impatiens walleriana y a finales del siglo 18 el médico británico John Kirk acercó la variedad impatiens al mundo occidental y años más tarde, en honor al misionero británico Horace Waller, (1833-1896) le pusieron su apellido al nombre científico walleriana.

En cuanto a tamaño, la impatiens walleriana en pleno florecimiento, se sitúa en los 50 cm de altura.

Sus flores tienen un diámetro entre los 3 y 6 centímetros, mientras que los pétalos laterales miden entre 4 y 7 milímetros.

Como característica diferencial, la flor de alegría tiene 5 pétalos y una sola parte terminal del estambre ( conocido como antera ), y pueden encontrarse con forma redondas, tanto individuales como dobles.

Tienen distintas tonalidades de colores dependiendo de la variedad y van desde los característicos tonos monocolor en rosa, violeta, blanco y rojo.

Además descubrirás que estas flores para comer, tienen la característica de que algunas tienen los pétalos con colores jaspeados de forma irregular, donde se mezclan todos los colores, tonos y matices de esta flor para comer.

Esta flor comestible, lleva utilizándose en la cocina de distintas formas, desde su uso como adorno decorativo del plato y también como acompañamiento e incluso añadida en ensalada, donde le aporta colorido y un ligero sabor dulce.

Las flores para comer, van ganando terreno en el sector de la repostería y en el popular terreno de los cocktails, donde la creciente aparición de nuevas combinaciones en coctelería artesanal, las utilizan deshidratadas como aderezo.

Su uso es cada vez más frecuente en la cocina de autor, y combinan perfectamente en platos entrantes como ensaladas y verduras aderezadas con sus pétalos.

Las flores para comer son un alimento rico en betacarotenos, polifenoles, licopenos y vitaminas del grupo A y B.

Cómo puedes descubrir, en la cocina y en el apartado gastronómico, la flor de la Alegría aporta mucho más que colorido y nuevas combinaciones de sabor a nuestro paladar.

Añadir sus pétalos a creaciones como la conocida ensalada caprese, con rodajas de tomate, mozzarella y hojas de albahaca, le aportan potencia al sabor de todo el conjunto, gracias a su sabor ligeramente dulce.

Los pétalos de esta flor para comer, tienen un suave sabor, que combina a la perfección en la decoración de pasteles y tartas.

También es muy utilizada para aportar un toque de color en la parte superior de nuestros bizcochos y como adorno comestible en los cupcakes.

Por lo que la flor alegría de la casa es la aliada perfecta para la decoración en postres y elaboraciones dulces.

Entre los beneficios para nuestra salud, que aporta la de la flor de Alegría (Impatiens walleriana), son sus propiedades terapéuticas.

Su uso como remedio natural es empleado en lo que se conoce como las Flores de Bach

Una preparación con flores frescas que se maceran con agua purificada a la luz del sol, conservando las cualidades energéticas de los pétalos.

Según los expertos, en el año 1976 la Organización Mundial de la Salud, recomendó la aplicación de medicinas alternativas, destacando entre ellas la Terapia con preparado Floral de Bach.

Desde entonces de la flor de Alegría se utiliza para la mejora de enfermedades.