La planta clavelina tiene las hojas rígidas, puntiagudas y muy estrechas.

Las flores comestibles de la clavelina se encuentran agrupadas y pueden tener desde 5 pétalos sueltos hasta más de 40 según la variedad.

Los pétalos puedes encontrarlos en colores que van desde el mas puro blanco, rosas, amarillos y rojos con distintas tonalidades y matices.

La variación de tonos en el pétalo, la presencia de manchas y que son rayadas de dos colores son otras de las características de esta flor para comer.

Las flores comestibles de la clavelina desprenden un agradable aroma que tiene una fuerte presencia.

Se pueden utilizar para su consumo enteras, aconsejando quitar la parte más blanca de la base del pétalo por su acentuado sabor amargo.

Si prefieres consumirlos como decoración o salpicando tus creaciones culinarias de color, los pétalos de la flor de clavelina son ideales tanto en platos salados como dulces.

Esta flor para comer se puede consumir directamente, acompañando como guarnición, en platos confitados y para decorar otorgando belleza a nuestros platos.

Los pétalos de la flor de la clavelina tienen un sabor agradable parecido a la pimienta y al clavo.

Este sabor característico ha logrado conquistar a expertos cocineros, que la utilizan con distintas creaciones de carnes y pescados, así como en la elaboración de frescas ensaladas con flores comestibles.

Un gusto metálico para nuestro paladar, que en la cocina combina a la perfección con quesos y verduras.

Además los pétalos de la flor de clavelina añadidos a la elaboración de vinos y licores les otorga ese toque diferencial de sabor al paladar, que solo tiene esta flor para comer.

Cuando queremos preparar con la flor de clavelina platos dulces o de repostería, nos encontramos que es muy utilizada para la decoración de bizcochos y tartas,

Las posibilidades son variadas y combinan muy bien si quieres adornar unas galletas, bombones, magdalenas e incluso añadirla en cremas, merengues y en macedonias de fruta.

Los pétalos de la clavelina sumergidos en agua azucarada, nos permite elaborar un almíbar delicioso,  de esta flor para comer y que puedes utilizar como base para tus postres y helados. 

Por su tamaño, la flor de clavelina da mucho juego en decoración, por lo que también se elabora su forma con fondant.

Realizar una infusión con la flor de la Dianthus caryophyllus, es otra buena opción para beneficiarnos de todas sus propiedades medicinales.

Sus pétalos nos aportan aminoácidos, almidones y un alto contenido de proteínas de origen natural.

Para prepararte una taza en infusión de flor de clavelina, solo necesitas 10 pétalos,  hervirlos en agua y dejar reposar unos minutos para disfrutarla.

Contiene minerales y vitaminas de los grupos A, B, C y E, y mezclada con miel colabora en mejorar nuestra salud arterial.

Una planta con flores comestibles

El clavel es una planta herbácea, conocida por el nombre científico de Dianthus caryophyllus, sus flores se pueden comer y pertenece a la familia de las Caryophyllaceae.

Desde su tallo ramificado nace una sola flor y puede alcanzar en plena floración alturas de hasta un metro.

La flor de la Clavelina cuenta con propiedades y usos medicinales que puedes aprovechar en la actualidad como ya conocían los griegos hace 2000 años.

A la flor de clavelina se le reconocen sus beneficios para el tratamiento de algunas alergias y tiene también propiedades antiespasmódicas.

Otros beneficios otorgados a la Dianthus caryophyllus es que mejora nuestro rendimiento al aliviar el agotamiento y permitirnos conciliar mejor el sueño.

La flor de clavelina regula ligeramente los posibles desequilibrios hormonales y es beneficiosa para reducir la inflamación e hinchazones en el periodo menstrual.